Nos estamos haciendo amigas

 

Mi nombre es Carmen Córdoba, tengo 36 años y soy de Quibdó (Chocó, en la Costa Pacífica colombiana).

 

Desde hace 15 años vivo en Bogotá porque en mi tierra abunda la delincuencia, el desplazamiento, el hambre y la falta de oportunidades que nos hace salir en buscar nuevos horizontes y otro futuro.

Siempre quise estudiar, pero es muy duro para una, porque a veces aunque tu trabajes, no te va a alcanzar el dinero para pagar la alimentación, la vivienda, mantener  a los hijos e hijas, etc. Entonces queda a un lado los deseos del estudio y es impensable entrar a la Universidad y pagarse una carrera.

Encontrando ayuda

Cuando me hablaron de la Plataforma Adoratriz Online, me imaginé que eran cursos técnicos o tecnológicos a largo plazo, pero cuando me explicaron que eran cursos a corto plazo pensé que esta era mi oportunidad, ahora o nunca. No había utilizado la tecnología y mucho menos para estudiar. Al principio fue difícil porque me parecía muy difícil acceder y no podía. Pedí ayuda desesperada y  una y otra vez me explicaban por medio de pantallazos, audios y vídeos tutoriales cómo hacerlo. Poco a poco, me fui adaptando hasta poder hacerlo por mí misma. La tecnología y yo nos estamos haciendo amigas, fui dejando los miedos y diciéndome que sí puedo, sí lo voy a hacer y aprender.

Carmen Córdoba

Cuando ya pude hacerlo sola, me sentí contenta y feliz, porque ya los podía hacer sin desesperarme y ya podía terminar y pasar a otra pregunta, me sentía aún más contenta porque ya iba entendiendo y contestaba a las preguntas correctamente. Así terminé y recibí el diploma de Alfabetización Digital y Mujer emprendedora, eso me dio más ánimo y seguí formándome.

Estudiar Online me ha permitido estar en casa con mi hija de cinco años, puedo manejar mi tiempo tanto para estudiar y también para dedicárselo a mi familia y me encanta no tener que desplazarme de mi casa al lugar de estudio.

Mi mayor logro

Mi mayor logro fue recibir la beca para estudiar contaduría pública. Soy muy expresiva, le conté a mi mamá y a mi hermana, incluso le conté a mis dos hijos para que ellos vean que puedo ser su motivación, a pesar de mi edad. Que puedo estudiar, que ellos me vean también aprendiendo. Cuando me gané la beca y la tablet, cogí a mi hijo que tiene 14 años y lo abrazaba y saltaba con él.

Me visualizo a futuro siendo una contadora pública para retribuir por todo lo que han hecho conmigo y con otras personas que lo necesiten, ahí voy a estar para ayudar a otras mujeres.

Demostrarles que, con esfuerzo, con amor y voluntad se puede lograr. Que para llegar a ser alguien o algo en la vida hay que tener las ganas y motivar a otras mujeres. Que sí es posible de hacerse amiga de la tecnología, que a través de ella he logrado tener mis primeros triunfos.

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